En este apartado iremos exponiendo algunas frases, citas textuales que aparecen en la novela. Intentaremos desarrollarlas pues ninguna está puesta al azar. Naturalmente ese desarrollo no deja de ser mi interpretación personal, lo cual no impide que cada lector pueda tener la suya y esta será o no consecuente con la mía. Por ello os invito amigos míos a que expongáis vuestras propias interpretaciones de forma que todos podamos aprender de los demás. Gracias por vuestra atención.
Comenzaremos por la primera cita que textualmente dice:
"Eres hijo de la vida, del amor y de la tierra. Mi reino es solo una parcela, por lo que tú, siéndolo de toda ella, lo eres también de esta."
Estas
palabras se las dice un rey a un mendigo. Naturalmente, es un monarca de
ficción, qué más quisieran los reales tener tanta humanidad. Esto me lleva a
recordar que recientemente pude ver una foto en facebook del príncipe Guillermo
vanagloriándose ante un enorme animal salvaje abatido. Solamente el hecho de
posar en dicha foto y formar parte de esa escena dice bastante de la precaria
naturaleza interior de este sujeto por muy príncipe que sea.
En
esta cita se apela a nuestro origen común. Origen de todo ser humano. Todos
somos hijos de la vida, esto es común a todo ser viviente. Luego especifica en
algo que es característica exclusiva del ser humano (hasta que no se demuestre
que también otras especies lo sienten), me refiero al amor. La gran mayoría de
los seres vivos procrean por instinto, solo, el sentimiento del amor nos abraza
a los seres humanos haciéndonos especiales y distintos. La cita una vez que nos
ha señalado de forma inequívoca nos recuerda algo que parece que la humanidad
haya olvidado en los últimos tiempos: «Somos hijos de la Tierra». La cita nos
lo recuerda y afirma de forma categórica sin señalar una porción determinada.
Somos hijos de toda ella.
Después
de la primera frase, la cita prosigue haciendo gala de una virtud muy escasa en
todo dirigente sea político o monarca, me refiero a la humildad, al afirmar que
su reino es solo una parcela. Cuanta sabiduría encierran esas palabras y qué
pena que sean pronunciadas por un personaje de ficción.
En
esta España donde la inmigración es un terrible problema. Donde la emigración
está creciendo ante la falta de futuro para nuestros jóvenes, escuchar que el máximo
mandatario de un reino reconozca como hijo, como súbdito de pleno derecho a un
mendigo es lo que muchos llamarían «Utopia». Sí, utopia es que se llegue a
reconocer que todos somos hijos del planeta y que de nada somos dueños como
verdaderos hijos de una madre que somos. Y por ello este rey tan sabio y noble
no por aceptar a este mendigo deja de ser rey ni su reino acaba destrozado. No
creo que Cenicienta y el trovador la vaya a leer ningún dirigente pero ello no
impide que sus palabras se puedan sembrar en el alma de las buenas gentes que
al fin y al cabo son quienes de verdad importan.
Gracias
Juan V. Cosin. AZULPLATA
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